Palabras

Cuanta información inútil en internet, cuánto papel con signos en la calle, en el metro, en los calzones de las señorita que va pasando por la esquina y en lo que guardan los calzones de la señorita [autosic] que va pasando por la esquina. Yo creo que hay que darle el premio Nobel, la palma de oro, Excalibur y las ciete ciudades de Cíbola a Ionesco por desribir como se hace que el lenguaje pierda el sentido, repitiendo y combinando al infinito las palabras hasta que se erosione cualquier significado posible.

Parece que hemos entendido mal la televisión, uno que se va con la finta de que sólo proyectan basura, enseñando que los conductores que mienten sobre los "artistas" detentan respectivamente la verdad y la belleza, vendiuendo cada día con más descaro insatisfacción y esquizofenia. No, en realidad nos quieren liberar de la tiranía del lenguaje, quieren romper el único molde del que no se puede escapar prque te lo imprimen por las buenas o por las malas cuando adquieres conciencia. Cuan ingratos hemos sido, vergüenza había de darnos, que el osito Bimbo perdone nuestros pecados con la infinita misecorirdia de su delantal blanco de paz, amor y carbohidratos. Si quebrar el significado no son enchiladas, hace falta diligencia y un enorme pinche sacrificio para repetir una y otra vez lo mismo, para rescatar lo viejo y presentarlo como novedad ad infinitum.

Pero ai la llevamos, mi buen. Las cosas ya nacen con el óxido y lo cascado de lo que ya está a punto de ser inservible. Así es mejor, si las cosas no murieran enseguida de su aparición uno les agarra cariño, así como quien no quiere la cosa. Y agarrarle cariño a algo tan chafa, la mera verdad para qué. Y ni modo de ser anacrónicos, mejor nos reimos de todo con demencia, igual y en la locura está la verdadera cordura, nomás que la razón es bien celosa y cerrada y -se emputa si se lo dices, cuidado- es bien irracional en el fondo, queriendo cercarlo todo, apropiarse de todo, ordenarlo todo.

Pero ¿y si no? pos quien sabe